Prevención y crianza: Ceremonia de cierre de los programas parentales en Casa Joven

Durante la ceremonia se destacó el rol central de la familia como factor protector en la prevención del consumo de alcohol y otras drogas.


13 Diciembre 2024

En el marco de la estrategia comunal de prevención del consumo de alcohol y otras drogas para los niños, adolescentes y jóvenes de Lo Barnechea, el jueves 12 de diciembre se celebró la ceremonia de cierre de los programas parentales realizados por la Oficina de Prevención para padres, madres y cuidadores, para entregarles las herramientas y estrategias necesarias para resolver los desafíos de la crianza hoy.

Este año, 496 familias, que dependiendo de sus características y necesidades participaron en las diferentes intervenciones —Triple P Grupal para niños de 0 a 12 años, Triple P Grupal Adolescente y Familias Unidas—, y completaron su asistencia a las tres charlas: El poder de la parentalidad positiva, Criar niños seguros y capaces y Criar niños resilientes.
Desde el año 2021, la Oficina de Prevención ha implementado, a través del programa Triple P, charlas, acompañamientos grupales e individuales dirigidos a padres y cuidadores que buscan una orientación seria y respaldada por evidencia científica para criar niños sanos y felices.

Un aspecto relevante de este año fue la incorporación del programa Familias Unidas, que se implementó por primera vez. Este programa estuvo dirigido a padres y cuidadores de adolescentes entre 11 y 16 años, una etapa crucial en la que la comunicación efectiva se convierte en un factor clave para enfrentar los desafíos y riesgos propios de la adolescencia. Durante tres meses, padres, madres y sus hijos participaron en sesiones semanales, en un espacio donde reflexionaron sobre las dinámicas familiares, aprendieron sobre temas como la gestión de emociones y conflictos, y fortalecieron su relación familiar.

Durante la ceremonia, se hizo una referencia especial sobre la importancia de reconocer que la prevención del consumo de alcohol y otras drogas es responsabilidad de todos. Por eso, es fundamental involucrar a toda la comunidad en esta causa, ya que solo así se podrán lograr cambios significativos para el bienestar de los niños, jóvenes y adolescentes.
En este contexto, también se destacó el rol central de la familia como factor protector. Si bien existen numerosos elementos que pueden influir en las conductas de riesgo de los jóvenes, el apoyo emocional y social de los padres y cuidadores sigue siendo uno de los pilares más importantes. Estos son los primeros y más influyentes modelos de comportamiento en la vida de los niños, por lo que su involucramiento activo en la crianza y en programas preventivos es importante para reducir los riesgos asociados con el consumo de sustancias y otros comportamientos riesgosos.

Al finalizar la presentación, los asistentes fueron invitados a participar en una actividad simbólica, diseñada para que pudieran compartir sus experiencias y reflexiones personales. A cada uno se le entregó un “post-it” en el que debían responder a la pregunta: ¿Qué herramientas, estrategias o enseñanzas que te entregó el programa han generado un cambio positivo en tu crianza y te gustaría compartir con los demás? Los participantes escribieron sus respuestas y, uno a uno, se acercaron a un cuadro especialmente preparado para esta actividad, donde pegaron sus reflexiones. Este gesto simbolizó y marcó el compromiso y el aprendizaje compartido de todos los padres y cuidadores involucrados.

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